Una red de apoyo es literalmente una estructura que brinda soporte a algo o alguien, lo que quiere decir que en el caso de salud mental hablamos de un grupo de elementos o personas que brindan estabilidad y seguridad a una persona que atraviesa un mal momento. Estas redes pueden ser materiales como el dinero, la vivienda y la comida, cognitivos como consejos e intercambio de experiencias, instrumentales como ayuda para conseguir o lograr algo y emocionales como visitas, llamadas y abrazos.
La red de apoyo es fundamental en el tratamiento de los pacientes con enfermedades como la depresión, ansiedad, cualquier trastorno de la conducta alimentaria (TCA), trastorno bipolar, trastorno por estrés postraumático, trastorno obsesivo compulsivo (TOC), pero sobre todo para aquellas personas que se autolesionan o tienen ideas suicidas, entre muchos otros.
Generalmente ser ese apoyo para alguien es una idea que genera cierto temor, primero porque nadie piensa o quiere que alguien de su círculo social, cercano o lejano, sufra física o psicológicamente, segundo porque la mayoría de las personas no se sienten preparadas para abordar a alguien que tenga alguna patología de salud mental o no sabe qué decir o hacer, y tercero por temor a que algo malo suceda y no poder hacer nada al respecto.
Lo que comúnmente no se tiene en cuenta es que una persona con cualquiera de las patologías anteriormente mencionadas se encuentra en este mismo proceso de entender su enfermedad y encontrar una explicación para ello, por esto es importante la interacción con ellos en entornos en los cuales se sientan comprendidos pero sobre todo escuchados. Muchas veces queremos o sentimos la necesidad de ayudar más de lo que está en nuestra capacidad sin tener en cuenta que la única persona que puede explicar la enfermedad al paciente es su médico tratante, es por esto que una persona con algún trastorno mental no busca un consejo, una palabra de aliento o hablar de su enfermedad con un familiar o amigo, simplemente necesita saber que alguien está ahí para apoyarlo en el momento que lo necesite.
En este orden de ideas se entiende que un grupo de apoyo primario lo conforman los profesionales de la salud que lo atienden y los familiares cercanos. Sin embargo, acudir a esta red no es fácil, especialmente debido a que por temor o angustia los pacientes suelen aislarse y evitar cualquier tipo de comunicación. Un grupo de apoyo secundario son aquellos amigos o círculo social cercano, al ser personas con las cuales no se siente ningún tipo de presión u obligación generan mucha más confianza para hablar de lo que siente o piensa y es por esta razón que el papel de los amigos y círculo social cercano es importante en el momento de buscar ayuda o acompañar un tratamiento. Por último, un grupo de apoyo terciario es todo aquel espacio en el cual el paciente comparte con otras personas, generalmente desconocidas, que viven o han pasado por circunstancias similares generando ese espacio seguro y de comprensión.
Es importante tener en cuenta que para cada persona su red de apoyo es diferente y que en algunas de las patologías más complejas como la autolesión y conducta suicida algo tan sencillo como un lugar, un recuerdo, una mascota o un pensamiento puede hacer a una persona aferrarse a la vida y buscar ayuda.
Celebridades e influenciadores han compartido sus historias a través de las redes sociales. Algunos de ellos han narrado la importancia de sus mascotas en momentos cruciales de sus vidas. Asimismo, han hablado sobre el valor del apoyo de sus amigos cercanos y han compartido sus experiencias con el tratamiento, enfatizando que se trata de un proceso continuo a lo largo de la vida.
Muchas de las patologías de salud mental no tienen cura pero se puede recibir ayuda para aprender a vivir con ellas, y una parte fundamental del proceso es tener con quien o quienes compartir esa experiencia para no tomar decisiones que afectan la vida de más de una persona.