Gracias a las vacunas la humanidad ha podido controlar muchas enfermedades. Hoy el mundo científico enfrenta un reto de grandes proporciones: desarrollar una vacuna que ayude a frenar la propagación de una pandemia que ha cobrado muchas vidas y que ha cambiado por completo nuestra realidad.
Terapia Génica: conceptos generales
La terapia génica es un área de investigación relativamente nueva de la medicina. Sus inicios se remontan a la década de los setenta, sin embargo, su poca efectividad y alto riesgo impidió un avance mayor en su momento. Fue solo hasta los años 2000, y gracias a los avances derivados del proyecto genoma humano, que la terapia génica logró sus primeros avances significativos en el tratamiento de enfermedades de la retina, patologías inmunológicas e inmunodeficiencias. Existen diferentes definiciones del concepto de terapia génica, una de ellas propuestas por Brian Sorrentino define de manera global todos sus componentes. Sorrentino sostuvo que la terapia génica es “la disciplina que intenta insertar un material genético adecuadamente diseñado, elaborado en el laboratorio, en las células adecuadas para conferir un efecto terapéutico”. El efecto terapéutico deseado puede variar en función de la enfermedad y la patología de base de los pacientes. Utilizando estrategias de terapia génica se puede, entre otros: 1. Corregir una mutación puntual del genoma y de esta forma reparar una proteína disfuncional. 2. Insertar un gen ausente en el genoma y producir una proteína necesaria para el correcto funcionamiento de una vía molecular específica. 3. Eliminar un gen que presente una mutación para detener la producción de una proteína que esté generando una enfermedad, y finalmente 4. Remover una región del genoma que no altera la producción de una proteína normal y evitar la producción de una proteína aberrante.
Se han descrito diferentes estrategias para clasificar la terapia génica, las de mayor aceptación incluyen aquellas basadas en los elementos usados para la entrega del nuevo material genético o los procesos de manipulación del material genético. Es así como podemos clasificar la terapia génica en tipo in vivo o ex vivo. Su principal diferencia radica en el lugar donde el material genético (también denominado gen terapéutico) entra en contacto con la célula que se desea modificar (célula diana). En la terapia génica ex vivo, las células dianas son obtenidas de muestras de un paciente o cultivadas en el laboratorio, provenientes de fuentes como bancos celulares o células pluripotenciales, y es precisamente allí donde el gen terapéutico entra con contacto con la célula diana.
Una vez las células genéticamente modificadas reúnen condiciones determinadas son reintroducidas en el paciente para lograr una respuesta terapéutica específica, por ejemplo, en terapias basadas en trastornos hematopoyéticos, donde las células a modificar son cultivables en el laboratorio para luego ser trasplantadas al paciente. La terapia génica in vivo se caracteriza por la entrega directa del gen terapéutico al paciente usando un vehículo para ello, como por ejemplo un virus modificado. El gen terapéutico entra en contacto con la célula diana en el interior del paciente, y se produce la modificación genética buscando lograr el efecto terapéutico. No existe una estrategia perfecta e ideal, cada una comparte ventajas y desventajas y su uso depende de múltiples variables tales como la enfermedad a tratar, localización y el efecto terapéutico deseado.
Vectores en terapia génica
Los AAV constituyen un grupo de virus pertenecientes a la familia Parvoviridae y del género Dependovirus. Son virus muy pequeños, poseen un material genético tipo DNA de cadena sencilla de 4500 bases, de forma icosaédrica formados por un envoltorio o cápside donde se localizan las proteínas de reconocimiento que le permiten localizar células específicas e ingresar en el citoplasma, envolviendo un material genético compuesto por dos genes -rep y cap. El material genético del AAV es reemplazado por el gen terapéutico para obtener un vector viral capaz de entregar el gen terapéutico en un grupo celular específico. Los vectores AAV han incrementado su popularidad debido a sus características, entre ellas: 1. Su capacidad de infectar células tanto en división como aquellas sin capacidad de dividirse, 2. Expresión estable del gen terapéutico por muchos años - después una única administración. 3. No generan una fuerte respuesta inmune, comparado con otros vectores virales. 4. Pueden ser usados para terapia ex vivo o in vivo. 5. Pueden producirse relativamente fácil en el laboratorio para su administración en humanos.
Algunas de las primeras terapias génicas aprobadas por las agencias regulatorias y comercialmente disponibles son basadas en vectores AAV. Luxturna (voretigene neparvovec-rzyl), la primera terapia genética, aprobada en los Estados Unidos para tratar a niños y pacientes adultos con un tipo hereditario de pérdida de la visión que puede causar ceguera secundaria a mutaciones en un gen específico, está basada en vectores AAV. Luxturna funciona transmitiendo una copia normal del gen mutado a las células de la retina. Estas células retinianas genéticamente modificadas luego producen la proteína normal para restaurar la pérdida de visión del paciente. Recientemente, Zolgensma®, otra terapia génica basada en vectores AAV fue aprobada como estrategia terapéutica en pacientes con atrofia espinal muscular SMA (por sus siglas en inglés, spinal muscular atrophy.). Zolgensma® funciona al reemplazar el gen SMN1 faltante o defectuoso por una copia funcional que produce la proteína SMN, mejorando así la función y la supervivencia de las neuronas motoras.
Vacunas contra el coronavirus: principales candidatos
- BNT162 (Pfizer y BioNTech): esta vacuna de tipo ARN, contiene una pequeña secuencia de ARN que codifica para una proteína de la superficie del SARC-CoV-2 y se encuentra encapsulada en nanopartículas lipídicas. BNT162 ha demostrado evidencia de eficacia contra COVID-19 en participantes sin evidencia previa de infección por SARS-CoV-2, según el primer análisis de eficacia provisional realizado el 8 de noviembre de 2020 del estudio clínico de fase 3. Esta vacuna constituye la primera en su tipo y tiene grandes ventajas como su facilidad de producción y costos menores comparados con las vacunas actuales. Su principal desventaja es que requiere un almacenamiento a temperaturas inferiores a -70° C.
- mRNA-1273 (Moderna): Esta vacuna tipo RNA que utiliza nanopartículas lipídicas para entregar material RNA que codifica una glicoproteína del SARC-CoV-2 necesaria para la entrada del virus en las células. Los datos más recientes reportan una tasa de eficacia del 94,1%, según la referencia de 196 casos totales de COVID-19 en la población del ensayo.
- AZD1222 (Universidad de Oxford y AstraZeneca): Esta vacuna es de tipo vector viral. Es decir que utiliza un adenovirus modificado para entregar material genético del SARC-CoV-2 en células específicas del organismo. Los resultados preliminares de los ensayos clínicos de la fase 3 han mostrado una eficacia del 70,4%. Una gran ventaja de esta vacuna radica en que a diferencia de las vacunas tipo ARN, AZD1222 requiere una temperatura de entre 2 y 8 grados centígrados para ser manipulada, transportada y almacenada durante al menos seis meses.
- JNJ-78436735 (Johnson & Johnson): La vacuna candidata JNJ-78436735 se basa en la tecnología AdVac de Janssen, que se utilizó para desarrollar y fabricar la vacuna contra el ébola aprobada en la Unión Europea. La tecnología también se ha utilizado para construir las vacunas candidatas de la empresa para el Zika, el RSV y el VIH. Se basa en el uso de adenovirus para entregar el material genético codificante de proteínas específicas del SARC-CoV-2. Su principal ventaja radica en una única dosis de aplicación, mientras las otras opciones requieren mínimo dos dosis. Esto supondría un ahorro de millones de dólares y mayor cobertura en la población en regiones de difícil acceso y en países en vía de desarrollo.