Nuevas tendencias con plasma en el tratamiento de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19)
La ausencia de tratamientos efectivos contra el nuevo coronavirus ha favorecido el uso de medidas terapéuticas alternas que ayuden a contrarrestar esta devastadora enfermedad. El tratamiento con plasma de pacientes convalecientes se vislumbra como una herramienta importante para combatir este virus.
En diciembre de 2019, aparece la enfermedad por el coronavirus 2019 (COVID-19), causada por el SARS-CoV-2 (Síndrome Respiratorio Agudo Severo Coronavirus 2), que se ha expandido rápidamente alrededor del mundo. Esta enfermedad presenta tasas de trasmisión y mortalidad muy altas. Los síntomas producidos por la COVID-19 pueden variar desde leves, como en la enfermedad respiratoria autolimitada, hasta casos de neumonía severa progresiva con fallo multisistémico de órganos e inclusive la muerte. A la fecha no hay un tratamiento efectivo o una vacuna para contener esta enfermedad. Sin embargo, las esperanzas están basadas en el desarrollo reciente de varias de estas vacunas que prometen efectividad por encima de 90% sin evidencia de efectos secundarios severos.
El racional para usar el plasma convaleciente de pacientes recuperados de COVID-19 reside en poder utilizar los anticuerpos preformados contra la carga viral de los pacientes críticamente enfermos por este virus. Sin embargo, es importante mencionar que este tratamiento con plasma convaleciente no es nuevo y ha sido utilizado previamente con éxito para otras enfermedades, incluyendo el Síndrome Respiratorio Severo Agudo (SARS), la pandemia por Influenza A (H1N1) del 2009, la influenza A aviar (H5N1), múltiples fiebres hemorrágicas como el ébola y otras infecciones virales. En el caso de la COVID-19, el plasma del donante tiene anticuerpos anti-COVID-19 demostrables y medibles que han podido neutralizar este virus fatal in vitro.
Koch, B., et al. (2018) evaluaron la eliminación extracorpórea de dos de los ocho virus clasificados como emergentes por la Organización Mundial de la Salud (OMS), los virus MERS y MARV y sus glicoproteínas mediante el uso de la plasmaféresis con afinidad por la lectina. Estas investigaciones mostraron una eliminación del 80% del virus MERS-Coronavirus (Figura 1) y un 70% para el MARV (Figura 2) en un periodo de 3 horas. Con estos tratamientos se detectó también una saturación marcada de los filtros de resina en la primera hora de tratamiento. Los autores concluyeron que, debido a la alta letalidad y a una ausencia de tratamiento específico, la plasmaféresis con afinidad por la lectina debería ser evaluada en pacientes que presenten infecciones por virus emergentes como el SARS-CoV-2.
En referencia al uso del plasma convaleciente de pacientes recuperados de COVID-19, Li, L., et al. (2020) evaluaron el uso de este plasma en pacientes con enfermedad severa y con riesgo inminente de muerte secundarios a la infección por este coronavirus. Ellos evaluaron el efecto de este plasma adicionándolo al tratamiento estándar y lo compararon con pacientes que recibieron solo tratamiento estándar de soporte. Ciento tres participantes fueron reclutados de siete centros médicos desde febrero a abril de 2020. Cincuenta y dos de ellos recibieron plasma convaleciente y 51 recibieron tratamiento de soporte que incluía medicamentos antivirales, antibióticos, corticoesteroides e inmunoglobulina humana. Todos los pacientes fueron adultos con enfermedad severa definida como dificultad respiratoria (más de 30 respiraciones/minuto), saturación de oxígeno menor a 93%, presión parcial de oxígeno de 300 o menos, o enfermedad con inminencia de muerte definida como fallo respiratorio requiriendo ventilación mecánica, choque, u otro fallo de órgano requiriendo manejo en unidad de cuidados intensivos.
Los resultados de este estudio mostraron que no hubo diferencias significativas, entre los dos grupos, en el tiempo de mejoría clínica (51.9% en el grupo de plasma convaleciente versus 43.1% en el grupo control) (P=0.26). Sin embargo, en el grupo de pacientes con enfermedad severa la mejoría clínica para el día 28 fue significativamente mayor en el grupo de pacientes que recibieron plasmas convalecientes; 91.3% versus 68.2 % en el grupo control (P=0.03). En referencia a la mortalidad para el día 28, no hubo diferencias significativas ente los dos grupos de pacientes (15.7% en el grupo de plasma convaleciente versus 24% en el grupo control) (p=0.30). Después de evaluar los resultados de este estudio, los autores concluyeron que en pacientes con enfermedad severa o con riesgo inminente de muerte, el plasma convaleciente adicionado al tratamiento estándar de soporte no mostró mejoría estadísticamente significativa en un periodo de 28 días. Sin embargo, la interpretación fue limitada y posiblemente subestimada debido a la terminación temprana de la investigación.