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Santiago: el joven milagro que sobrevivió a una caída accidental de 20 metros

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  • Tras un trabajo médico contrarreloj, un joven de 19 años sobrevivió a una caída accidental desde un octavo piso en Bucaramanga.

  • Las estadísticas revelan que, menos del 10% de las personas que sufren un accidente de este tipo logran sobrevivir, y en muchos casos, las secuelas limitan la capacidad de llevar una vida plena y productiva.

  • Durante dos meses, Santiago recibió atención de 12 especialidades médicas y se le realizaron más de siete cirugías, que hoy lo mantienen con vida.

Bucaramanga, abril de 2024 Al contestar su teléfono, Jimena Gómez Ruiz recibió una noticia devastadora: su hijo Santiago Arrieta, de 19 años, había caído de forma accidental desde el octavo piso del edificio donde reside en Bucaramanga y su condición era crítica. Llena de angustia e incertidumbre, la mujer corrió a un centro hospitalario junto a su esposo, donde Santiago fue recibido con urgencia vital; tras una primera estabilización, fue transferido al Hospital Internacional de Colombia (HIC) y permaneció en la Unidad de Cuidado Intensivo (UCI) por más de un mes. “En ese momento le dije a mi esposo,, tengo mucho miedo de lo que le pueda pasar, pero también tengo fe y sé que mi hijo va a recuperarse”, precisa Jimena.

Tras numerosos exámenes y estudios, el diagnóstico fue preocupante: Santiago padecía varias fracturas y condiciones que lo debatían entre la vida y la muerte. El Dr. Luis Alberto Salazar, coordinador médico del Instituto de Ortopedia del HIC, explicó que el joven sufrió fractura facial, maxilofacial, pélvica del libro abierto (separación de la región púbica), de cuello femoral (hueso que conecta la pierna con la pelvis), y lo más alarmante, un tromboembolismo pulmonar (condición en la cual un coágulo sanguíneo viaja a la circulación pulmonar y la obstruye con un potencial riesgo fatal).

“El tromboembolismo pulmonar cobra una mortalidad aproximadamente de un 80% en la mayoría de casos. Con Santiago fue necesario instalar un filtro de vena para controlar la migración de los coágulos y evitar que la situación tuviera otro desenlace”, precisó el Dr. Salazar.

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Sus procedimientos

Santiago se sometió a más de siete cirugías durante su proceso de tratamiento. Estas incluyeron reconstrucciones maxilofaciales, procedimientos reconstructivos múltiples en la región pélvica, reconstrucción femoral, traqueostomía y un procedimiento endovascular para la instalación de un filtro de vena cava debido a su tromboembolismo pulmonar. Cada una de estas intervenciones requería intervalos de al menos ocho días, ya que cada procedimiento podía durar hasta seis horas. “Estos tiempos se dan porque se debe reponer cada pérdida sanguínea presentada en cada una de las intervenciones quirúrgicas y teníamos todos nuestros esfuerzos puestos en devolverle toda su anatomía y movilidad al paciente”, agrega el coordinador médico del Instituto de Ortopedia HIC.

Su atención estuvo a cargo de un equipo de más de 12 especialidades médicas, dentro de las que se incluyen radiología intervencionista, ortopedia especializada, psiquiatría, neumología, nutrición, fisiatría, entre otras, que trabajaron en conjunto para salvar la vida del joven.

Las probabilidades de sobrevivir a una caída de más de 20 metros de altura, son casi nulas. Según las estadísticas, menos del 10% de las personas que padecen un accidente de este tipo logran sobrevivir, y en algunos de estos casos, las secuelas limitan la capacidad de llevar una vida plena y productiva.

Pero para Santiago, la historia tuvo un final feliz. Tras sus casi dos meses de procedimientos, numerosos exámenes, terapias y atención médica, pudo volver a casa. Para muchos, lo ocurrido con el joven puede ser considerado como un milagro; sin embargo, para otros puede ser una mezcla entre la fe, el amor y la atención médica constante.

“Para mí, estar en este mundo después de lo que me pasó, significa una oportunidad para aprender a apreciar más mi propia vida, de hacer todas las cosas simples que antes podía hacer y que no valoraba”, cuenta Santiago mientras sonríe y da pequeños movimientos que muestran el gran avance que presentó tras su accidente.

Actualmente 'Santi', como cariñosamente le llaman, usa un caminador para desplazarse de forma gradual y sigue avanzando en su proceso de recuperación desde la comodidad de su hogar, acompañado del amor de su familia y Silvestre, su fiel felino. En este momento dedica su máximo esfuerzo a cumplir con sus terapias y tratamientos, con el propósito de regresar pronto a la universidad y retomar su primer semestre de medicina. Esta experiencia, según precisa, dejó una profunda admiración por su carrera, enseñándole lecciones que jamás habría imaginado.

“Después de esto puedo apreciar aún más mi carrera y a los profesionales que me atendieron. Aquí no me vieron solo como un cuerpo que debían salvar, sino que me hicieron sentir como parte de una familia y estoy agradecido con todos por su atención, apoyo y compañía”, expresa ‘santi’, quien compartió con sus padres su deseo de, al llegar a casa, disfrutar de un salchipollo y revivir la felicidad de saborear su comida favorita.

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Un Instituto especializado en trauma

Desde hace siete años, el HIC ha contado con el Instituto de Ortopedia, Traumatología y Reumatología. Durante este tiempo, han llegado aproximadamente 50 casos de accidentes similares al de Santiago, y gracias a la atención inmediata, la labor de los profesionales y la tecnología utilizada, la mayoría ha logrado sobrevivir.

La historia de ‘Santi’ marca un precedente tanto en la perseverancia, como en los esfuerzos y atención médica prestada en una institución con un equipo especializado para todo tipo de situaciones.