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Médicos en Santander salvan un embarazo con técnica especial para ‘reforzar’ el útero

  • Cerca de un 2% de la población femenina mundial podría padecer incompetencia cervical, condición que no permite llevar un embarazo sano y que puede terminar en la pérdida del bebé.
  • La FCV realizó por primera vez en el departamento un procedimiento llamado cerclaje transabdominal, que permite a las mamás que tienen esta complicación vivir su embarazo de forma segura.
  • Durante el embarazo, el cuello uterino suele ablandarse de forma progresiva y se prepara para el parto disminuyendo su longitud. Si se padece de incompetencia cervical, el cuello podría abrirse antes de lo esperado.


Bucaramanga, mayo de 2022.
Cuando le anunciaron a Eliana Montaguth que su embarazo de 19 semanas sería casi imposible de llevar, sus ilusiones de traer al mundo a su primer hijo intentaron derrumbarse. Días atrás, su médico prenatal diagnosticó incompetencia cervical (cuello uterino demasiado corto) y la gestación probablemente llegaría a término mucho antes de lo pensado.

“Cuando el médico nos dijo lo que pasaba, sentí una tristeza muy grande porque pensé que iba a perder a mi bebé. Me dijo que debía ir a urgencias para intentar salvar mi embarazo con un cerclaje transvaginal, pero por mi condición en ese momento no fue posible”.

Sin embargo, logró encontrar en la Fundación Cardiovascular de Colombia, FCV, otra opción, una novedosa solución que, no solo le regresó la esperanza de ser mamá, sino que también la convirtió en referente para quienes padecen su misma condición.

Se trata de un procedimiento llamado cerclaje transabdominal, intervención alterna a la transvaginal, de la que pocos reportes de casos se tiene a nivel nacional y ninguno departamental. Se realiza a pacientes con dicha incompetencia cervical, es decir, “la incapacidad del cuello uterino de sostener el embarazo hasta el final, ya que el tejido se va disminuyendo a tal punto que es posible la pérdida del bebé”, como lo precisa la Dra. Merly Muñoz Espinosa, ginecóloga y obstetra especialista en medicina maternofetal de la FCV.

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La incidencia de la incompetencia cervical está entre el 0.1 % al 2 % a nivel mundial y es responsable del 8 % de los partos pretérminos durante el segundo trimestre del embarazo. Para evitar estas pérdidas, se realiza el cerclaje, que, en términos sencillos, es el reforzamiento del cuello uterino mediante suturas especiales.

El procedimiento se desarrolla de forma abdominal, similar a una pequeña cesárea, y con una cinta de Mersilene (elemento especial estéril, trenzado y no absorbible). “Lo que hacemos es que, por los dos lados del útero, liberamos la arteria uterina para pasar la cinta de un lado a otro, cerrarla y crear el nuevo cuello uterino”, explica la especialista.

Eliana vive ahora su embarazo de 30 semanas, feliz y agradecida por lo que ella llama un “verdadero milagro”.

“Fue un proceso difícil, la recuperación al principio fue dolorosa, pero gracias a Dios con la Dra. Merly, sentí esperanza de nuevo. Cuando ella me explicó sobre la cirugía, sentí que todo iba a estar muy bien y que pronto tendría a mi bebé en mis brazos”, cuenta la paciente, que se prepara para tener su hijo mediante cesárea.

Tras su intervención, Eliana cuenta los días para cumplir su sueño y el de su esposo, de tener una gran familia. “Sigo asistiendo a los controles con la Dra. y mi bebé está en perfectas condiciones. Es un niño y no vemos la hora de tenerlo entre nosotros”.

¿Cómo detectar si hay problemas con el cuello uterino?

Es importante conocer que generalmente el cuello uterino es largo, firme y cerrado. Sin embargo, durante el periodo de gestación se ablanda de forma progresiva y se prepara para el parto disminuyendo la longitud de sus paredes. En algunos casos, el cuello puede abrirse antes de tiempo, condición que se conoce como incompetencia cervical.

Para identificar este problema se recurre a la ecografía de cérvix. Si el resultado arroja que el cuello uterino mide menos de 25 milímetros, es necesario tomar acciones si se quiere llevar un embarazo sano y seguro. “Desde el principio del embarazo, en pacientes con antecedentes, se debe realizar una cervicometría o llevar una historia clínica completa para identificar si tienen riesgo de sufrir de esta incompetencia”, asegura Muñoz Espinosa.

Si se confirma la incompetencia cervical se puede manejar con opciones como el cerclaje transvaginal, que se realiza en casos no tan agudos. Este procedimiento, más frecuente, es similar al ejecutado por el abdomen, pero se hace a través de la vagina. Los resultados en ambos casos son efectivos y permiten un desarrollo fetal con normalidad.
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