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Convulsión no es epilepsia: expertos del HIC explican cómo diferenciarlas para actuar de forma adecuada y oportuna

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  • Convulsiones y epilepsia, no es lo mismo. Aunque están relacionadas es importante conocer cuál es la diferencia para saber cómo actuar y qué opciones de tratamiento son las adecuadas.

  • Según la OMS y la OPS, en el mundo cerca de 50 millones de personas viven con epilepsia, y por lo menos el 10% de la población mundial puede padecer una convulsión en algún momento de su vida.

  • En el HIC, desde el 2020, cuenta con el Centro de Excelencia en Epilepsia Refractaria, en donde se atendieron a más de 200 pacientes durante el 2024.

Bucaramanga, junio de 2025. Un episodio repentino de pérdida de conciencia acompañado de movimientos involuntarios puede ser alarmante. Para muchos, eso basta para pensar en epilepsia. Pero no siempre es así. Una convulsión puede presentarse como un evento aislado, provocado por causas como fiebre alta, consumo de alcohol, falta de sueño, desequilibrios metabólicos o traumatismos, y no siempre está relacionada con una enfermedad neurológica crónica.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), aproximadamente 50 millones de personas en el mundo viven con epilepsia, y se estima que alrededor de 5 millones de personas son diagnosticadas con epilepsia cada año a nivel mundial. Pero estas cifras tienen un adicional: la OMS advierte que hasta el 10% de la población mundial experimentará al menos una convulsión en algún momento de su vida. Esta prevalencia subraya la importancia crítica de comprender las diferencias entre una convulsión y la condición de epilepsia, así como la forma correcta de abordarlas.

El Dr. Luis Alexander Mora, epileptólogo del Hospital Internacional de Colombia (HIC), explica que una convulsión es una manifestación única de una actividad neuronal excesiva en el cerebro. Puede ser desencadenada por múltiples factores como la privación de sueño, el consumo excesivo de alcohol, un traumatismo craneoencefálico o desequilibrios metabólicos. “Es crucial entender que casi cualquier persona podría experimentar una convulsión en su vida sin ser diagnosticada con epilepsia”, agrega.

La epilepsia, por su parte, es una condición neurológica crónica definida por la predisposición del cerebro a generar convulsiones de manera habitual y sin una causa específica o provocación externa. "Para diagnosticar epilepsia, una persona debe haber experimentado dos o más crisis convulsivas no provocadas pero esto debe someterse a diversos estudios específicos de neurofisiología e imágenes cerebrales” , aclara el especialista.

Estas diferencias deben conocerse para el diagnóstico, tratamiento y con ello una mejora en la calidad de vida de los pacientes. Una convulsión aislada puede requerir un manejo diferente al de una epilepsia, que a menudo demanda un seguimiento y tratamiento a largo plazo.

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Centro de Excelencia en Epilepsia Refractaria HIC: Un enfoque multidisciplinario

Desde hace cuatro años, el HIC cuenta con el Centro de Excelencia en Epilepsia Refractaria, una unidad especializada que se ha consolidado como referente regional en la atención integral de esta compleja condición. Allí se diagnostica, evalúa y da seguimiento a pacientes con epilepsia, incluyendo aquellos casos refractarios, es decir, que no responden a los tratamientos convencionales con medicamentos u otras terapias.

"Aproximadamente el 30% de los casos de epilepsia son refractarios", explica el Dr. Mora. "En 2024, nuestro programa recibió cerca de 50 nuevos pacientes con epilepsia refractaria, quienes son evaluados por un equipo especializado para explorar todas las alternativas de tratamiento".

Estas opciones, de acuerdo a lo precisado por el epileptólogo del HIC, incluyen, la cirugía de epilepsia, que consiste resecar o quitar una parte del cerebro donde se originan las crisis, buscando eliminarlas o reducirlas significativamente; la dieta cetogénica, un plan alimentario especial que produce unas sustancias llamadas cetonas que pueden ayudar a controlar las convulsiones; y el implante de neuroestimuladores del nervio vago, que implica colocar un pequeño dispositivo (similar a un marcapasos) que envía impulsos eléctricos suaves al nervio vago en el cuello. Estos impulsos viajan al cerebro y ayudan a reducir la frecuencia y gravedad de las crisis.

Durante 2024, el HIC atendió a 200 pacientes con epilepsia, y de los candidatos a cirugía, 22 pudieron beneficiarse de este procedimiento, que busca resecar (eliminar) el foco epileptogénico del cerebro con el objetivo de que el paciente quede libre de crisis convulsivas y, potencialmente, sin necesidad de medicación futura.

Primeros auxilios frente a una convulsión

El Dr. Mora enfatiza la importancia de conocer los primeros auxilios básicos ante una convulsión: proteger la cabeza de la persona, colocarla de medio lado y nunca introducir objetos en su boca. Si una convulsión se prolonga más allá de los tres a cinco minutos, se debe buscar atención en el servicio de urgencias.

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