La enfermedad coronaria es la causa más frecuente de IAM. Se produce cuando se disminuye el flujo sanguíneo hacia el corazón por la presencia de una placa en la pared interna de las arterias coronarias. Esta placa se forma por la acumulación de lípidos, como el colesterol, y otras sustancias, mediante un proceso denominado aterosclerosis. En algunas ocasiones, la placa se puede romper, provocando la formación de un coágulo sobre la ruptura. Cuando el coágulo obstruye significativamente el paso de la sangre hacia el músculo cardiaco, se produce un infarto. Si no se reestablece el paso de la sangre, el músculo cardiaco empieza a sufrir daños irreversibles.
En aproximadamente el 5% de los casos un IAM puede suceder sin que haya un bloqueo causado por la ruptura de una placa aterosclerótica, sino que el flujo de sangre se interrumpe por otros motivos, por ejemplo: espasmos coronarios, traumatismos, uso de sustancias psicoactivas como la cocaína.