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HIC recibe acreditación internacional en el manejo de ataque cerebrovascular

  • La Joint Commission International (JCI), ente acreditador en salud con los estándares de evaluación más exigentes, otorgó al Hospital Internacional de Colombia (HIC) la certificación como centro de excelencia en ataque cerebrovascular.
  • La Asociación Colombiana de Neurología estima que cada año 45.000 personas sufren un ataque cerebrovascular (ACV) en el país. El HIC atiende anualmente un promedio de 400 pacientes con esta patología y su tasa de mortalidad es inferior al 7 %, a la par de los mejores resultados en el mundo. 
  • De acuerdo con la Iniciativa Angels, cada 30 minutos, un paciente con ACV que podría haberse salvado, muere o está discapacitado permanentemente por no acudir a un centro especializado.  
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Bucaramanga, abril de 2021. Cuando se sufre un ataque cerebrovascular (ACV), la diferencia entre la vida y la muerte está en el tiempo que transcurre desde la aparición de los síntomas hasta el inicio de la atención especializada. La capacidad del Hospital Internacional de Colombia (HIC) para brindar un tratamiento integral le permite hoy ser reconocido como centro de excelencia en el manejo de ataque cerebrovascular por la Joint Commission International (JCI), el ente más prestigioso en la acreditación médica en el mundo. 
 
“Reconocer oportunamente el ACV es fundamental. Si a una persona se le tuerce la cara, no puede mover un brazo, una pierna o no puede hablar correctamente es necesario buscar ayuda médica de forma inmediata”, asegura el Dr. Federico Arturo Silva Sieger, director del Instituto Neurológico del HIC, donde se atiende un promedio de 400 pacientes con ACV cada año y la tasa de mortalidad es inferior al 7 %, a la par de los mejores centros del mundo.
 
Una de las primeras acciones del personal de salud es identificar la causa que impide al cerebro recibir el flujo normal de sangre y por ende de oxígeno y nutrientes. La situación se puede presentar por la obstrucción de una arteria, lo que popularmente se conoce como trombosis cerebral (ACV isquémico) o por una hemorragia como consecuencia del rompimiento de una arteria (ACV hemorrágico o derrame cerebral). 
 
El ACV isquémico es el más común y representa aproximadamente el 80 % de los ataques cerebrovasculares. En estos casos se cuenta con una ventana de hasta 4,5 horas para iniciar oportunamente con el tratamiento. Cada minuto que pasa después de haberse presentado una trombosis mueren 1,9 millones de neuronas. 
 
“Nuestro objetivo es destapar la arteria lo antes posible y para ello inyectamos a través de la vena una medicina para tratar de resolver la obstrucción, pero en algunas situaciones, la mejor alternativa es ingresar por la arteria y extraer el trombo: procedimiento llamado trombectomía”, explica el Dr. Vladimir Rodríguez Parra, terapista endovascular neurológico del HIC. 
 
En cuanto al ACV hemorrágico, no existe una ventana de tiempo, pero el cuidado por personal entrenado es clave. “Los esfuerzos se centran en controlar el sangrado y reducir la presión en el cerebro causada por el exceso de líquido. Todo el manejo de la presión arterial es fundamental para favorecer la recuperación de estos pacientes”, afirma Silva Sieger. 
 
Para el manejo de los casos más complejos, el HIC cuenta con una Unidad de Cuidado Intensivo exclusiva para pacientes neurológicos. “Nuestra UCI neurológica se apoya en personal altamente capacitado en este campo y eso marca la diferencia en la recuperación, como se ha evidenciado en artículos científicos”, señala Silva.
 
Además de los excelentes resultados registrados y la tecnología de punta, los entrenamientos al personal médico/asistencial, los procesos de educación dirigidos a pacientes y familiares, que inician desde el momento de la hospitalización, y el desarrollo de investigaciones científicas son aspectos que la JCI destacó sobre la labor del HIC, que “satisface las necesidades únicas y especializadas de los pacientes con ataque cerebrovascular”.
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Prevención del ACV 

La hipertensión no controlada, la diabetes, el tabaquismo, los malos hábitos alimentarios y el sedentarismo, entre otros aspectos, incrementan la posibilidad de sufrir un ACV. “Así como los vehículos se deben llevar frecuentemente a revisión, lo mismo pasa con nuestro cuerpo. Si somos hipertensos, es importante estar chequeando la presión. Si somos diabéticos, debemos saber en cuánto tenemos la glucosa. Identificar estos factores y monitorearlos es fundamental para la prevención”, manifiesta el director del Instituto Neurológico del HIC.

Existen otros factores de riesgo como el estrechamiento de las arterias, denominado estenosis arterial. Según Rodríguez Parra, las arterias son como tuberías que, con el pasar del tiempo y dependiendo de los estilos de vida, pueden ir llenándose de grasa y residuos de sangre que van disminuyendo la luz interna de la arteria, al punto de generar trombos y ocasionar ataques cerebrovasculares. “Hoy tenemos la posibilidad de abrir la arteria con un dispositivo especial (stent) para reducir los riesgos”. 

Entre las principales causas del ACV hemorrágico se encuentra el aneurisma cerebral, enfermedad que dilata las paredes de las arterias y facilita que estas se rompan. Aunque la mayoría de pacientes buscan ayuda médica cuando ya hay un derrame, si el aneurisma se identifica oportunamente también se puede tratar mediante cirugía abierta o cirugía intraarterial. 

“Contamos con un equipo multidisciplinario de especialistas en neurología, neurocirugía, neuropediatría, neurocirugía endovascular, neurofisiología, psiquiatría, fisiatría, cuidados intensivos y emergencias, entre otros, para aportar en la prevención y las fases de atención hospitalaria y rehabilitación”, concluye Silva Sieger. 


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