El cáncer es uno de los enemigos más grandes del ser humano. Cada año millones de personas son diagnosticadas con esta enfermedad y confían en los tratamientos médicos y los avances de la ciencia para combatirla. La detección temprana del cáncer sigue siendo la herramienta más valiosa para mejorar la calidad de vida y el pronóstico de quienes lo padecen.
El cáncer resulta de la división descontrolada y desenfrenada de células anormales en alguna parte del cuerpo. Estas células son capaces de invadir el tejido sano y destruirlo. Cuando este proceso se traslada a otras áreas del cuerpo, se habla de metástasis. Dentro de los tipos de cáncer más frecuentes están el cáncer de mama, de pulmón, de próstata y de colon. No obstante, existen más de 200 tipos de cáncer distintos y cada uno necesita un abordaje particular.
Hoy en día existen varios tipos de tratamiento para el cáncer. La implementación de uno u otro dependerá del tipo de cáncer y de lo avanzado que se encuentre. En la mayoría de los casos, se utiliza una combinación de distintas estrategias terapéuticas. Dentro de los principales tratamientos encontramos:
Cirugía
La extirpación de los tumores sólidos mediante cirugía constituye el tratamiento inicial de la mayoría de los tipos de cáncer. Con este procedimiento se busca retirar la totalidad del tumor o gran parte de éste para que los tratamientos complementarios funcionen mejor. El retiro parcial o total de un tumor contribuye a disminuir el dolor o la presión que se está ejerciendo sobre un órgano. Los tratamientos quirúrgicos del cáncer comprenden procedimientos grandes y abiertos, o mínimamente invasivos como la laparoscopia. Dependiendo del tipo de tumor, también se pueden aplicar técnicas que utilizan frío (criocirugía), calor, láser, entre otras.
2. Radioterapia
Altas dosis de radiación (externa o interna) permiten eliminar o retardar el crecimiento de las células cancerosas y reducir así el tamaño de los tumores. La radiación daña el material genético (ADN) de las células tumorales bloqueando su división o provocando su muerte. Es un proceso que puede tomar días o semanas.
3. Quimioterapia
Es el procedimiento mediante el cual se usan medicamentos específicos para detener o retardar el crecimiento de las células cancerosas. Es frecuente observar efectos secundarios como náuseas o pérdida de cabello en las personas que reciben este tipo de tratamiento. Esto se debe a que, durante este proceso, también se pueden afectar algunas células normales del cuerpo como las de la sangre, la boca, el sistema digestivo y los folículos pilosos.
4. Trasplante de médula ósea
Este tratamiento médico consiste en reemplazar la médula ósea del receptor por células sanas. Estas células pueden venir de la misma persona o de un donante. Es un procedimiento que se utiliza cuando se han destruido las células del receptor por altas dosis de quimioterapia o radioterapia. A esta técnica también se le conoce como trasplante de células madre, o más específicamente, trasplante de células madre sanguíneas. Las células madre son células precursoras inmaduras que van a cambiar y madurar según la necesidad del medio. En la médula de los huesos se originan las células madre de las células de la sangre, es decir, las precursoras de los glóbulos blancos, los glóbulos rojos y las plaquetas. Este tratamiento también se usa para tratar ciertos tipos de cáncer (leucemia, linfoma, mieloma) o trastornos del sistema inmune que afectan la médula ósea.
5. Inmunoterapia
Conocida también como terapia biológica, es un tratamiento que consiste en utilizar el sistema de defensa del organismo para atacar a las células tumorales. Este tipo de tratamiento ayuda al sistema inmune a reconocer y eliminar las células cancerosas, así como cuando identifica y ataca a un microorganismo invasor.
6. Terapia hormonal
Este tipo de tratamiento va dirigido hacia los tumores que necesitan hormonas para su crecimiento como por ejemplo el cáncer de mama y el de próstata. El tratamiento busca interferir en la producción de esas hormonas o bloquear sus efectos para que el tumor deje de crecer.
7. Terapia dirigida
Este tratamiento es la base de la medicina de precisión y consiste en la utilización de medicamentos dirigidos específicamente hacia los componentes de las células tumorales que las hacen diferentes de las células normales. Busca bloquear las proteínas que controlan el crecimiento, división y propagación de las células cancerosas.
La medicina de precisión, también conocida como medicina personalizada, le permite al médico buscar y seleccionar el tratamiento que más se adapte al paciente, teniendo en cuenta las particularidades de su bagaje genético. Muchas de estas opciones terapéuticas se encuentran todavía en fase de estudio. En fase experimental se encuentra también la terapia génica. Este método consiste en introducir material genético (ADN o ARN) en las células de una persona, que permita evitar o contrarrestar una enfermedad.
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