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Cita con tu bienestar

Salud Mental después de un trasplante de corazón

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Luego de un trasplante cardíaco u otro órgano, son múltiples los retos que puede tener una persona; tanto así que puede llegar a sentirse como en una montaña rusa de emociones: miedo, alegría e incertidumbre por lo que sucederá. Sin embargo, es importante prestar atención, entender y evaluar en qué medida afecta la salud para buscar ayuda a tiempo.

Hay emociones y sentimientos que son naturales del proceso que se ha vivido y desaparecen al poco tiempo, pero existen otros que pueden generar alteraciones psicológicas difíciles de controlar por sí mismo y requieren ayuda profesional. 

Según los expertos entre los más comunes se encuentran: 

Trastornos de ansiedad: Surgen especialmente cuando el paciente recibe el alta hospitalaria y debe regresar a su hogar e iniciar una fase de cuidados en casa, modificar ciertas conductas con respecto a la alimentación, actividad física y toma de medicamentos para evitar procesos de infección o rechazo del nuevo órgano. 

Así mismo, el hecho de no contar con la tranquilidad que genera estar en un hospital bajo los cuidados del personal de salud y con el acompañamiento de sus familiares.
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¿Tienes dudas?

 

La ansiedad suele manifestarse a través de miedo, sensación de futuro incierto, dolores corporales más intensos, pérdida del apetito, problemas para conciliar el sueño, memoria o temor a retomar actividades como caminar, subir escaleras, entre otras.

Trastornos del estado de ánimo: Según los expertos, los más frecuentes tienen que ver con la depresión, que impiden la adherencia del paciente al tratamiento y aumentan la probabilidad de rechazo del nuevo órgano.

La depresión se puede manifestar a través de tristeza durante varios días, irritabilidad, mal genio, cansancio extremo, deseos de llorar, indiferencia ante la evolución del trasplante, incluso ideas suicidas.

Fantasías sobre el donante: Suele suceder cuando la persona que recibió el trasplante fantasea o imagina que tiene rasgos físicos, emocionales del donante, lo que conlleva a sentimientos de culpa por la persona fallecida o actitudes que buscan justificar porqué se merece una nueva oportunidad de vida, sin importar el destino de los demás.

¡Manifestar estos síntomas no es normal! 

Si estás pasando por una situación similar de ansiedad o depresión, es importante comentarlo con el Médico tratante y buscar una red de apoyo. Guardar silencio no sirve de nada, solo hace más daño. 

Recibir ayuda profesional permite aumentar la confianza en sí mismo para afrontar adecuadamente este proceso de aceptación, abordar de una forma distinta las preocupaciones, adaptarse a un nuevo estilo de vida y mejorar las relaciones con los demás. ¡Consulta a tiempo! 

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