¿Cómo puedo determinar si el dolor de cabeza que estoy teniendo es peligroso?
Los dolores de cabeza hacen que usted sienta una molestia en la cabeza, el cuero cabelludo o el cuello. Se clasifican en dos grandes grupos: las cefaleas primarias, que se originan por hiperactividad o disfunción de las estructuras de la cabeza sensibles al dolor, que incluyen dolores de cabeza por tensión, migraña, dolores de cabeza en racimo; y por otro lado, están las secundarias, que aparecen como síntoma o consecuencia de enfermedades de base como tumores, infecciones (es posible, por ejemplo, tener un dolor de cabeza leve por un resfriado, gripe u otras enfermedades virales), aneurismas, deshidratación, hipertensión, entre otras.
Casi todas las personas han experimentado dolores de cabeza de vez en cuando, y aunque pueden ser incómodos, dolorosos e incluso debilitantes, la mayoría de ellos no son causados por problemas o condiciones de salud graves. No obstante, hay que tener en cuenta que, en ocasiones, la cefalea es una señal de que algo anda mal. Alrededor del 10 por ciento de los dolores de cabeza son un signo de una condición de salud grave y requieren una evaluación de emergencia.
Si usted tiene dolores de cabeza regulares y recurrentes, probablemente esté percibiendo lo que se conoce como dolor de cabeza diario crónico –esto aplica para quienes evidencian cefalea al menos 15 días cada mes–. Y es que, en lugar de un tipo de dolor de cabeza específico, los crónicos incluyen una variedad de subtipos. Su constancia y duración los convierte en una de las condiciones de dolor de cabeza más incapacitantes.
Deberá consultar al médico si experimenta esta afección una o dos veces por semana, si aparece de repente –en menos de cinco minutos siente el máximo dolor–; si todos los días toma algún medicamento para aliviarlo, si el patrón de dolor de cabeza cambia o empeora, y si es repentino e intenso. También, si está acompañado de fiebre, rigidez en el cuello, entumecimiento o debilidad de brazos y piernas, desorientación, convulsiones, visión doble, dificultad para hablar u otros síntomas neurológicos; y si el dolor desciende por el cuello.
¿Quieres saber más?
Casi todos los tipos de cefaleas activan los mismos receptores del dolor, por lo que es difícil saber si el dolor de cabeza es signo de una afección grave. Aún así, se pueden detectar las causas más complejas de la cefalea, entre las que se encuentran: un accidente cerebrovascular hemorrágico, que ocurre cuando un vaso sanguíneo se rompe y sangra; un ataque isquémico transitorio o mini accidente cerebro vascular –cuyos síntomas son menos fuertes–; un aneurisma, es decir, la presencia de un vaso sanguíneo abultado o hinchado en el cerebro; la meningitis, que se trata de una infección que causa inflamación en el revestimiento protector del cerebro; o un tumor cerebral primario que comienza en el cerebro y puede o no ser canceroso.
Tenga en cuenta que, para estudiar el dolor, podrá ser necesaria una tomografía computarizada, una resonancia magnética –imágenes– o una punción lumbar, de acuerdo a los síntomas. Incluso si lo envían a realizarse más pruebas, es posible que no se encuentre una causa específica. Asimismo, la herramienta más importante que tienen los médicos para diagnosticar los dolores de cabeza es su historial médico, que le permitirá alcanzar el dictamen más preciso. Su médico de cabecera podrá enviarlo a otro especialista (como un neurólogo o un otorrinolaringólogo), dependiendo de qué tan complicada parezca su situación.
Así las cosas, si los dolores de cabeza interfieren con su vida, priorice su salud, consulte a un doctor, obtenga un plan de manejo para ellos y evite la espera en situaciones de emergencia. En el caso de los dolores crónicos, el tratamiento inicial agresivo y el control a largo plazo podrán reducir el tiempo que dure la afección y su constancia.
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