Falta de aliento, fatiga e hinchazón de piernas y abdomen son algunos de los síntomas más frecuentes de la insuficiencia o falla cardíaca. Estas señales pueden generar alguna sospecha sobre la dificultad que enfrenta el corazón para bombear la sangre que el cuerpo requiere, pero el diagnóstico se confirma con diferentes exámenes:
Radiografía de Tórax: es una prueba diagnóstica que suele realizarse ante cualquier síntoma de problemas cardíacos. Con la ayuda de rayos x se producen imágenes del interior del tórax, que permiten a los especialistas identificar si hay cambios en la forma o el tamaño del corazón.
Un corazón con insuficiencia cardíaca es más grande de lo normal debido a que necesita trabajar con más fuerza para compensar su incapacidad para bombear la sangre requerida.
La cantidad de radiación que reciben los pacientes en este proceso es baja y no representa ningún riesgo. Además, el examen no genera dolor.
Electrocardiograma: examen mediante el cual se registra la actividad eléctrica del corazón que permite los latidos. Para hacer el seguimiento, el personal de salud ubica electrodos sobre el pecho, las muñecas y tobillos del paciente.
Durante tres o cuatro minutos se realiza el monitoreo que se refleja en ondas trazadas en papel y representan los diferentes estímulos eléctricos.
Esta prueba indolora permite medir el tipo de ritmo cardíaco, la frecuencia de los latidos e identificar anomalías que sugieren engrosamiento de las paredes del corazón o si se ha sufrido de algún infarto de miocardio.
Ecocardiograma: prueba que emplea el ultrasonido para obtener imágenes en tiempo real del corazón en movimiento. De esta forma es posible valorar la estructura, el tamaño, la capacidad de bombeo del corazón y el funcionamiento de las válvulas cardíacas.
Para desarrollar el examen, es necesario esparcir un gel especial en el pecho del paciente, sobre el que después se pasará una sonda. Las imágenes del corazón son reflejadas en un monitor. El procedimiento se extiende entre 25 y 40 minutos.
Análisis de sangre: Con los estudios de las muestras se pueden detectar hormonas relacionadas con la insuficiencia cardíaca. Los resultados son útiles tanto para el diagnóstico como para la definición del tratamiento.
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Clasificación
Existen principalmente dos clasificaciones de la insuficiencia cardiaca que permiten establecer la gravedad y la progresión de la enfermedad.
La clasificación de la New York Heart Association (NYHA) se basa en el grado de incapacidad funcional, va de I a IV, siendo I la clase menos grave y IV la de mayor gravedad:
Clase I: no hay síntomas ni limitación al realizar actividad física.
Clase II: ligera limitación de la actividad física, apareciendo dificultad para respirar con esfuerzos intensos.
Clase III: marcada limitación al realizar actividades de menor esfuerzo - dificultad para respirar, fatiga, palpitaciones - que desaparece en reposo.
Clase IV: limitación muy severa de la actividad física, los síntomas aparecen incluso en reposo.
La clasificación del American College of Cardiology/American Heart Association (ACC/AHA) se basa en los riesgos potenciales de desarrollar falla cardiaca, buscando identificarlos con tiempo para evitar la progresión de la enfermedad:
Estadío A: alto riesgo de insuficiencia cardíaca, pero no hay síntomas ni signos de la enfermedad.
Estadío B: hay enfermedad cardiaca, pero no hay síntomas de insuficiencia cardíaca.
Estadío C: hay enfermedad cardiaca con síntomas de insuficiencia cardíaca.
Estadío D: enfermedad cardiaca avanzada que requiere tratamientos especializados.
¿Qué pasa cuando siento palpitaciones en el pecho?
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