En las últimas décadas, la estimulación cerebral profunda (ECP) ha experimentado importantes avances que han revolucionado el tratamiento de la enfermedad de Parkinson y otros trastornos neurológicos. Este progreso se basa en la evolución de las tecnologías de hardware, software e imagen, así como en enfoques innovadores que mejoran los resultados terapéuticos y expanden las aplicaciones de esta modalidad.
La tecnología convencional de ECP ha utilizado generadores de impulsos implantables que estimulan eléctricamente regiones cerebrales específicas, como el núcleo subtalámico o el pálido interno. Esta estimulación eléctrica modula la actividad neural, lo que alivia los síntomas motores asociados con la enfermedad de Parkinson. Los avances en los sistemas de generadores de impulsos implantables, incluido el desarrollo de unidades recargables, han abordado las preocupaciones relacionadas con la vida útil de la batería y la necesidad de cirugías de reemplazo. Estas mejoras han aumentado la comodidad del paciente y reducido los costos a largo plazo.
Uno de los avances más significativos en la ECP es el desarrollo de electrodos segmentados y la estimulación direccional. Estas innovaciones permiten una entrega más dirigida de la estimulación eléctrica a circuitos neurales específicos, optimizando los resultados terapéuticos y minimizando el riesgo de efectos secundarios no deseados. Al dirigir la corriente de estimulación en direcciones precisas, los electrodos segmentados pueden mejorar la ventana terapéutica y aumentar la precisión de la estimulación, reduciendo así la activación de estructuras cerebrales cercanas que no deben tratarse.
Los avances en tecnología de software también han sido fundamentales para la evolución de la ECP. La incorporación de sistemas de bucle cerrado, que ajustan dinámicamente los parámetros de estimulación en función de la retroalimentación neuronal en tiempo real, marca un progreso notable en esta tecnología. Ejemplificado por dispositivos como el Percept PC de Medtronic, estos sistemas utilizan potenciales de campo local para monitorear continuamente la actividad cerebral y adaptar la estimulación en consecuencia. Este enfoque mejora el manejo de los síntomas y, además, conserva la vida útil de la batería al aplicar la estimulación solo cuando es necesaria.
La incorporación de la programación remota y las modalidades de telemedicina ha amplificado la accesibilidad y la personalización de la terapia de ECP. La pandemia de COVID-19 catalizó la implementación generalizada de estas tecnologías, lo que faculta a los médicos a configurar de forma remota los ajustes de la ECP. Esta funcionalidad es especialmente ventajosa para los pacientes que residen en regiones geográficamente aisladas con acceso limitado a la atención médica especializada. Al reducir la necesidad de desplazarse, la programación remota permite ajustes más frecuentes y expeditos de la terapia de ECP, optimizando el manejo de la enfermedad de Parkinson y las afecciones relacionadas.
Los avances en imagenología han mejorado la precisión de la colocación de los electrodos de ECP. La resonancia magnética de alta resolución y los nuevos enfoques de imagen permiten un direccionamiento más preciso de las estructuras cerebrales, lo que conduce a mejores resultados clínicos. Además, la aplicación de la conectómica, que implica el mapeo de las redes cerebrales, ha proporcionado valiosos conocimientos sobre los objetivos de estimulación óptimos y las vías neurales asociadas con la mitigación de los síntomas. Este conocimiento es fundamental para determinar las estrategias de ECP y adaptar los tratamientos a los requisitos individuales de cada paciente.
El campo de la ECP continúa explorando aplicaciones y avances novedosos. La investigación busca expandir su uso a una gama más amplia de afecciones neurológicas y psiquiátricas más allá de la enfermedad de Parkinson, como el trastorno obsesivo-compulsivo y la depresión. El desarrollo de sistemas adaptativos de ECP capaces de responder dinámicamente a la actividad eléctrica del cerebro promete enfoques terapéuticos aún más personalizados y eficaces. Además, se prevé que los avances en biomateriales y diseño de electrodos mejoren aún más la eficacia y seguridad de la tecnología de ECP.
Los avances en la tecnología de ECP han mejorado sustancialmente la calidad de vida de las personas con enfermedad de Parkinson y otras afecciones neurológicas. La innovación continua en tecnología informática, imagenología y enfoques terapéuticos asociados con esta modalidad busca ampliar las capacidades y aplicaciones de la ECP, con el fin de que se convierta en una herramienta cada vez más indispensable en el manejo de trastornos cerebrales complejos.
El Centro de Movimientos Anormales y Parkinson del HIC, recibe pacientes de todas partes del mundo. En este lugar, los pacientes pueden acceder a servicios de diagnóstico y tratamiento de vanguardia incluida la tecnología ECP. El centro se especializa en el cuidado integral de trastornos del movimiento, combinando tecnología avanzada con un enfoque multidisciplinario para mejorar los resultados de los pacientes. En el HIC, los pacientes reciben una atención experta personalizada a sus necesidades específicas, respaldada por los últimos avances en este campo y personal dispuesto a establecer y trabajar en colaboración con otros centros médicos.