La epilepsia es una enfermedad neurológica crónica en la que la actividad cerebral normal se altera o se interrumpe, provocando crisis epilépticas caracterizadas por convulsiones o períodos de comportamiento inusual, alteraciones de las funciones motoras o sensoriales del cuerpo y, a veces, pérdida de la conciencia. Las crisis epilépticas se clasifican como parciales (focales) o generalizadas, según cómo y dónde comienza la actividad cerebral anormal.
En condiciones normales, el cerebro genera continuamente pequeñas descargas eléctricas siguiendo un patrón ordenado. Estos impulsos viajan a través de las neuronas - la red de células nerviosas del cerebro - y por todo el cuerpo a través de mensajeros químicos llamados neurotransmisores. La epilepsia interrumpe esta comunicación a través de descargas eléctricas excesivas y desordenadas - como una tormenta impredecible – de neuronas en una o más áreas del cerebro. Esta interrupción provoca cambios perceptibles a nivel de la conciencia (incluida la pérdida de la conciencia), las sensaciones, las emociones y los movimientos musculares.
En la gran mayoría de los casos, la causa de la epilepsia es desconocida. Cuando se logra identificar una causa, generalmente se relaciona con alguno de estos factores:
La epilepsia puede ser desencadenada por el estrés u otros factores que incluyen:
Los síntomas de la epilepsia varían según el tipo de crisis y pueden comprender: