¿Ha llegado el momento de la escolarización o retorno a clases y los niños presentan un rechazo renuente al colegio manifestando síntomas físicos como llanto, desconsuelo, incluso, dolor de cabeza, vomito o diarrea? Es normal preocuparse, pero quizás se trate de un fenómeno generalmente transitorio.
La resistencia o fobia de un niño a ir al colegio puede ser un desafío emocional tanto para los padres como para el propio niño, no es poco común esta conducta pues cerca del 5% de los niños se niegan a ir o inventan motivos para no asistir a clases. Entender y abordar este problema de manera compasiva es esencial para fomentar un ambiente escolar positivo.
Posibles causas de rechazo escolar
El fenómeno de los niños que no quieren ir al colegio es una preocupación común para muchos padres y educadores, sobre todo al momento del regreso a clases después de unas largas vacaciones de fin de año. A menudo, puede ser un desafío comprender por qué un niño desarrolla esta actitud, ya que las razones pueden variar, desde el aburrimiento en el aula hasta la ansiedad por separación o por tener que retomar la rutina escolar.
Una de las razones más comunes por las que un niño no quiere ir al colegio es el aburrimiento. Si un niño siente que no está siendo desafiado o que no está interesado en el contenido que se enseña, es natural que pueda resistirse a ir a la escuela. En estos casos, es importante hablar con los maestros para buscar maneras de involucrar al niño y hacer que la experiencia educativa sea más estimulante.
Por otro lado, la ansiedad por separación también puede ser un factor importante. Algunos niños experimentan un gran malestar y temor al separarse de sus padres, lo que puede manifestarse en forma de rechazo a ir al colegio. Tener miedo ante cualquier cambio es normal, hace parte del proceso natural de adaptación y muy seguramente esta sensación será transitoria. Por eso es útil e importante conocer las etapas emocionales por las que transita el niño para brindarle apoyo emocional y trabajar gradualmente en la construcción de su confianza y seguridad.
A partir de los seis meses de vida es probable que, experimente miedo a los desconocidos y a separarse de la madre o el cuidador. El apego y rechazo a la separación se prolongará, al menos, hasta los tres años. En esta etapa también surge el sentimiento de vergüenza ante el fracaso, lo que puede provocar que se retraigan socialmente y por ende se les dificulte integrarse en la escuela. Las vacaciones e interrupciones de las clases también generan desinterés y apatía por la escuela.
Además, los problemas sociales, como el acoso escolar o la dificultad para hacer amigos, también pueden contribuir a la aversión de un niño hacia la escuela. Es crucial abordar estos problemas de manera compasiva y proactiva, brindando al niño la orientación y el apoyo necesarios para superar estas dificultades.
¿Quieres saber más?
Identificar los siguientes síntomas
Después de la interrupción de la rutina escolar por largas vacaciones o la inasistencia al colegio por temas de salud u otros motivos, o la primera etapa escolar, será habitual, inicialmente, el llanto y el desconsuelo del niño, así como las excusas para no ir a clases, la tardanza en comer o alistarse o, por el contrario, manifestar conductas agresivas en el colegio.
También pueden presentar síntomas físicos, dentro de los más comunes está el dolor de cabeza, dolor de estómago, diarrea o vómito antes de ingresar al colegio. Indudablemente, es importante primero, mediante una consulta con el especialista por pediatría verificar que no se trate de un padecimiento o enfermedad que esté afectando su salud, pero si una vez los síntomas mejoran o desaparecen los fines de semana o vacaciones, quizás se trate de un rechazo escolar por distintas causas que como padre o cuidador deberá estar atento.
Estrategias de intervención
Como padres y cuidadores, es fundamental mantener una comunicación abierta con los niños sobre sus sentimientos hacia la escuela. Escuchar atentamente sus preocupaciones y validar sus emociones puede ayudar a fortalecer el vínculo y a encontrar soluciones juntos. Asimismo, establecer rutinas y rituales reconfortantes para la transición hacia la escuela puede ser beneficioso para reducir la ansiedad y la resistencia del niño.
En última instancia, es importante recordar que cada niño es único, y las razones detrás de su rechazo a la escuela pueden ser diversas. Al abordar este desafío, es crucial mostrar empatía, paciencia y comprensión, mientras se trabaja en colaboración con los maestros y otros profesionales para brindar el apoyo necesario.
Si bien la evasión al colegio puede durar algunos días y manejarse desde casa, también es importante buscar ayuda profesional, sobre todo si los síntomas físicos y emocionales se prolongan. Aquí en el Instituto de Pediatría del HIC a través de las líneas de atención (607) 6380505 o 324 243 23 26 o escribiendo a
¿Qué es el Síndrome de Asperger y cuáles son sus señales de alarma?
De acuerdo con el Centro Para El Control y La Prevención De Enfermedades (CDC) de Estados Unidos
Importancia del sueño en los niños y adolescentes
El sueño es una necesidad fisiológica de importancia inimaginable en el desarr
¿Por qué debo llevar a mis hijos donde el pediatra así no estén enfermos?
Llenos de alegría, sueños e ilusiones, los niños iluminan nuestras vidas. En ellos reposa la e
Importancia del sueño en los niños y adolescentes
El sueño es una necesidad fisiológica de importancia inimaginable en el desarr