El cáncer de próstata es uno de los tipos de cáncer más frecuente a nivel mundial y la segunda neoplasia maligna en hombres con mayor mortalidad: según el Ministerio de Salud, en Colombia, uno de cada tres hombres mayores de 50 años lo padece. No obstante, el diagnóstico y tratamiento oportunos pueden hacer la diferencia al mejorar notablemente la supervivencia.
La próstata es un órgano pequeño ubicado alrededor de la uretra, por debajo de la vejiga. Es una glándula del aparato reproductor masculino donde se pueden formar tumores, algunos de crecimiento lento, o incluso agresivos que se diseminan rápidamente.
¿Pero, cuáles son los aspectos más importantes que debemos tener en cuenta acerca de enfermedad?
La razón exacta por la cual se produce el crecimiento descontrolado de células anormales en la próstata se desconoce todavía. Sin embargo, se sabe que existen ciertos factores que pueden incrementar el riesgo de desarrollarlo: edad (mayor de 50 años), ser afrodescendiente, historia familiar de cáncer de próstata en hombres o de cáncer de mama en mujeres, obesidad. Aunque no existen métodos que garanticen que la enfermedad no se vaya a presentar, adoptar hábitos saludables de alimentación y de actividad física puede contribuir a disminuir la probabilidad de padecerlo.
A mayor edad mayor es el riesgo de sufrir esta enfermedad. Los hombres mayores de 65 años representan seis de cada diez casos de cáncer de próstata diagnosticados.
En sus etapas iniciales el cáncer de próstata suele ser silencioso. En estadíos más avanzados se pueden presentar síntomas como presencia de sangre en la orina o el semen, dificultad para orinar, pérdida de peso, dolor en los huesos y disfunción eréctil.
Existen pruebas de tamizaje para detectar el cáncer de próstata en individuos asintomáticos, pero la realización de éstas dependerá del criterio médico y de la historia clínica de cada persona. En la mayoría de los casos se suele recurrir a la medición en sangre del antígeno prostático, aunque en otros será necesario un tacto rectal. Durante la consulta, el médico podrá determinar la necesidad, el momento ideal, así como el tipo de examen a realizar según cada caso particular.
Cuando los resultados de las pruebas de tamizaje arrojan resultados anormales, se deben realizar exámenes adicionales con el fin de confirmar o descartar la presencia de cáncer prostático. El médico tratante podrá recomendar la realización de una ecografía, una resonancia magnética nuclear o una biopsia según los hallazgos encontrados.
Teniendo en cuenta la edad, el estadío del cáncer y el estado general de la persona, el médico seleccionará y recomendará el tratamiento más apropiado para cada caso. Cuando el cáncer no es del tipo agresivo, se puede manejar a través de un protocolo de vigilancia activa por parte del urólogo donde se hacen monitoreos frecuentes para determinar el mejor momento para iniciar el tratamiento. Para los casos más severos o agresivos, existen diversas opciones que comprenden: cirugía (prostatectomía), radioterapia, crioterapia, tratamiento hormonal, quimioterapia e inmunoterapia.
La supervivencia depende del tipo de cáncer y de lo avanzado que se encuentre al momento del diagnóstico. Sin embargo, cuando el cáncer de próstata es localizado, es decir, cuando no ha invadido otros tejidos, la supervivencia a 5 años puede ser hasta del 99%.
