Cirugía estética en adolescentes: La búsqueda de aceptación y bienestar emocional
En la etapa de la adolescencia, la cirugía estética se ha convertido en una opción cada vez más considerada por los jóvenes en su búsqueda de aceptación y bienestar emocional. Conozca de qué manera los factores psicológicos involucrados, como la autoestima y la presión social, así como las consideraciones éticas y clínicas, son relevantes en estos casos.
La cirugía estética se ha vuelto cada vez más popular entre los adolescentes en busca de mejorar su apariencia física y su autoestima. Sin embargo, esta elección no está exenta de factores psicológicos importantes que deben ser considerados tanto desde una perspectiva ética como clínica. A través de una comprensión más profunda de estos factores, es posible abordar de manera adecuada las necesidades emocionales y mentales de los adolescentes, asegurando una toma de decisiones informada y responsable.
Según la Sociedad Estadounidense de Cirujanos Plásticos y Reconstructivos (ASPS), en 2020 se realizaron casi 230.000 cirugías estéticas y cerca de 140.000 procedimientos cosméticos no invasivos en adolescentes de 13 a 19 años. Algunos de los tipos más comunes de cirugía plástica que eligen los adolescentes incluyen cirugías de nariz y corrección de orejas protuberantes, senos demasiado grandes o asimétricos, y cicatrices causadas por acné o lesiones. No obstante, hay que tener en cuenta que muchos de ellos no se informan, incluidos los realizados en consultorios de dermatología y spas.
Cabe destacar que la elección de someterse a cirugía estética en la adolescencia puede estar influenciada por diversos factores psicológicos, entre los que se encuentran:
- Presión social y estándares de belleza: Los adolescentes están expuestos a una presión social significativa para cumplir con los estándares de belleza idealizados promovidos en los medios de comunicación y las redes sociales. Esto puede llevar a una baja autoestima y a una búsqueda de soluciones rápidas para mejorar la apariencia física.
- Imagen corporal negativa: Los adolescentes que experimentan una imagen corporal negativa pueden considerar la cirugía estética como una forma de corregir supuestas imperfecciones y sentirse más aceptados socialmente. Problemas como la dismorfia corporal pueden aumentar la probabilidad de buscar intervenciones quirúrgicas. Conozca acerca del Trastorno Dismórfico Corporal, aquí.
- Baja autoestima y problemas emocionales: Los adolescentes con baja autoestima, depresión o ansiedad, pueden ver la cirugía estética como una forma de mejorar su imagen y sentirse bien consigo mismos. Sin embargo, es esencial abordar estos problemas emocionales subyacentes de manera adecuada antes de considerar cualquier procedimiento.
Ahora bien, es importante que esta población sea capaz de tomar decisiones informadas y comprender los riesgos y beneficios asociados con la cirugía estética. Antes de someterse a cualquier procedimiento de este tipo, deberían ser evaluados psicológicamente para detectar posibles problemas de salud mental, y abordarlos adecuadamente antes de tomar cualquier decisión.
Aunque hay estudios que han informado una carga psicológica reducida en adolescentes que se someten a cirugía estética, más significativamente en el grupo de cirugía de senos (lo que sugiere que la carga relacionada con problemas en la apariencia, en particular los senos, se redujo significativamente después de la intervención), la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) considera que el aumento de senos estético para pacientes menores de 18 años, es un uso no indicado en la etiqueta.
La FDA no lo aprueba debido a que: las adolescentes y sus padres pueden no darse cuenta de los riesgos asociados con los implantes mamarios; es posible que el cuerpo de la adolescente no haya terminado de desarrollarse; además, ésta debe estar psicológicamente preparada para manejar el resultado de la cirugía.
Cuando un adolescente se somete a una cirugía estética para corregir un defecto estético que también se considera necesario desde el punto de vista médico, la posición es diferente en comparación con una cirugía puramente estética. En tales casos, se pueden tomar en cuenta consideraciones médicas, éticas y psicológicas para evaluar la adecuación y beneficios de la intervención quirúrgica.
La posición general es que, si existe un defecto estético que afecta significativamente la salud física o emocional del adolescente y se ha determinado que la cirugía es necesaria para corregirlo, se puede considerar la opción de realizar el procedimiento.
Sin embargo, es esencial asegurar que se realice una evaluación exhaustiva y multidisciplinaria antes de tomar cualquier decisión. Esto puede implicar la participación de cirujanos plásticos, médicos especialistas, psicólogos y otros profesionales de la salud que evalúen tanto el aspecto médico como psicológico del adolescente. Asimismo, se deben considerar alternativas no invasivas o menos invasivas antes de optar por procedimientos quirúrgicos, especialmente en adolescentes.
Sin duda, la elección de cirugía estética en adolescentes está influenciada por factores psicológicos complejos y requiere una consideración ética y clínica cuidadosa. Abordar la imagen corporal, la autoestima y los problemas emocionales subyacentes a través de una evaluación psicológica exhaustiva y el uso de enfoques terapéuticos, puede ayudar a los adolescentes a tomar decisiones informadas y a promover su bienestar emocional.