Hernia discal: así es su tratamiento

Nuestra columna está integrada por vértebras, o, en otras palabras, una serie de huesos conectados entre sí por unos discos que los médicos llaman “discos intervertebrales”, cuya función es amortiguar el choque entre una vértebra y otra. Cuando alguno de estos amortiguadores falla y se desplaza hacia la raíz nerviosa, presiona el nervio y causa un fuerte dolor que puede llegar hasta a inmovilizar la espalda o algunas de las extremidades. A este episodio se le conoce como hernia discal.

En algunas ocasiones esta enfermedad no muestra síntomas. Quienes sí los presentan, suelen padecer dolor -de intensidad variable- en brazos o piernas, entumecimiento u hormigueo, o debilidad en los músculos a los que se conectan los nervios afectados.

¿Cuál es el tratamiento?

La hernia discal, aunque provoca fuertes dolores, es manejable. Inicialmente pueden someterse a un tratamiento que consiste en:

• Tomar reposo (máximo tres días) y esto incluye evitar la carga de objetos pesados o movimientos que requieran flexionar la espalda.
• El consumo de medicamentos como, antiinflamatorios, analgésicos y/o relajantes musculares.
• Recibir terapia física mediante un programa de ejercicios de estiramiento y fortalecimiento de los músculos de la espalda, el abdomen y las piernas, y caminatas u otras actividades deportivas suaves que contribuyan en el tema de circulación.

Ahora bien, si estas recomendaciones no surten el efecto esperado, probablemente el paciente deba recibir cirugía ya que podría presentarse un daño nervioso y el dolor o los demás síntomas son tan fuertes que interfieren con las actividades cotidianas.

Factores de riesgo y prevención

Lo que puede ocasionar una hernia de este tipo radica en diversos factores. Puede ser el sobrepeso, el trabajo (que exige fuerza física), la falta de actividad física, el consumo de cigarrillo, o en algunos casos, la genética.

Para prevenir es importante tener en cuenta las siguientes recomendaciones:

• Cuidar la postura corporal
• No dormir boca abajo
• Evitar el uso de tacones
• Doblar las rodillas al levantar peso
• Realizar actividad física
• Cuidar el peso corporal
• Evitar el consumo de tabaco

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