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Agrandamiento de la próstata: causas, síntomas y opciones de tratamiento

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El agrandamiento de la próstata o hiperplasia prostática benigna es una condición común en hombres mayores y puede causar síntomas urinarios molestos. Si usted experimenta señales relacionadas con la próstata, es importante buscar atención médica para un diagnóstico adecuado y explorar las opciones de tratamiento disponibles. Con el enfoque apropiado, es posible controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida en los hombres con esta patología. 

El agrandamiento de la próstata, también conocido como hiperplasia prostática benigna (HPB), es una condición común que afecta a muchos hombres a medida que envejecen. Aunque no es un cáncer de próstata, puede causar una serie de síntomas molestos que afectan la calidad de vida. 

La próstata es una glándula que se encuentra debajo de la vejiga y rodea la uretra, el conducto que transporta la orina desde la vejiga al exterior del cuerpo. Su función principal es producir fluidos que forman parte del semen. La próstata se agranda con la edad ya que parte de su tejido es reemplazado por tejido fibrótico similar a una cicatriz –cabe destacar que esta condición afecta al 50% de los hombres–. Sin embargo, en algunos casos, este crecimiento puede volverse excesivo y provocar micción lenta y problemas de eyaculación.

Es necesario mencionar que las causas exactas de la hiperplasia prostática benigna no se comprenden completamente, pero al parecer, los cambios hormonales relacionados con el envejecimiento desempeñan un papel importante en su desarrollo. A medida que los hombres envejecen, los niveles de testosterona (hormona sexual masculina) disminuyen, mientras que los niveles de una hormona llamada dihidrotestosterona (DHT) aumentan. Se cree que la DHT contribuye al crecimiento excesivo de las células prostáticas.

Ahora bien, los síntomas del agrandamiento de la próstata pueden variar en su gravedad. Algunos hombres suelen experimentar síntomas leves o ninguno en absoluto, mientras que otros pueden presentarlos de manera más pronunciada, al punto de llegar a afectar su nivel de vida. Los síntomas comunes incluyen: goteo al terminar de orinar, incapacidad para orinar (retención urinaria), vaciado incompleto de la vejiga, incontinencia, necesidad de orinar dos o más veces por la noche, dolor al orinar u orina con sangre (esto puede indicar infección), comienzo lento o retrasado del flujo urinario, esfuerzo para orinar, urgencias fuertes y repentinas de orinar, y chorro de orina débil.

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Diagnóstico 

Cabe destacar que el diagnóstico de agrandamiento de la próstata generalmente se lleva a cabo a través de la evaluación clínica y pruebas adicionales. Durante la evaluación, el médico puede realizar un examen físico y hacer preguntas sobre los síntomas del paciente. Es probable que solicite pruebas de laboratorio, como un análisis de sangre para evaluar los niveles de antígeno prostático específico (PSA), una proteína que puede estar elevada en casos de agrandamiento de la próstata; o un estudio de flujo de orina: durante esta prueba, el paciente vacía voluntariamente su vejiga y se mide la cantidad de flujo; un dispositivo especial puede ayudar a los médicos a detectar un flujo de orina reducido asociado con la HPB.

Otra herramienta de diagnóstico es la cistoscopia: en este examen, el médico inserta un tubo delgado con una pequeña cámara en el extremo –llamado cistoscopio–, a través de la uretra en la punta del pene. La cámara le permite al médico inspeccionar el interior de la próstata, el canal de la uretra y la vejiga. Asimismo, se pueden realizar estudios de imagen, como una ecografía o una resonancia magnética, para evaluar el tamaño de la próstata y descartar otras afecciones. Le puede interesar: “El examen de próstata, una guía completa.

Tratamiento 

Una vez que se ha confirmado el diagnóstico de agrandamiento benigno de la próstata, hay varias opciones de tratamiento disponibles. El enfoque dependerá de la gravedad de los síntomas, la edad del paciente, las preferencias individuales y cualquier condición médica subyacente.

Para casos leves o moderados, los médicos pueden recomendar cambios en el estilo de vida y monitorear los síntomas. Esto puede incluir reducir el consumo de líquidos antes de acostarse, evitar el consumo de alcohol y cafeína, y realizar ejercicios de fortalecimiento del suelo pélvico para ayudar a controlar los síntomas urinarios.

En casos más graves o cuando los síntomas afectan significativamente la calidad de vida, se pueden recetar medicamentos específicos para tratar el agrandamiento de la próstata. Estos medicamentos incluyen inhibidores de la 5-alfa reductasa, que reducen los niveles de DHT y pueden ayudar a disminuir el tamaño de la próstata, y bloqueadores alfa, que relajan los músculos de la próstata y la vejiga para mejorar el flujo urinario.

En algunas situaciones, cuando los síntomas son severos o no responden a otros tratamientos, puede ser necesario considerar opciones quirúrgicas. La cirugía de resección transuretral de la próstata (RTUP) es un procedimiento común en el que se utiliza un instrumento especial para eliminar el exceso de tejido prostático que obstruye la uretra. Otras opciones quirúrgicas incluyen la ablación con láser y la enucleación prostática con láser.

Asimismo, en el Hospital Internacional de Colombia (HIC) puede tratarse esta condición en solo cinco minutos mediante una técnica especial conocida como terapia de vapor de agua: en el procedimiento se utiliza una pistola con un extremo delgado para ingresar por la uretra. Una vez adentro, se llega a la zona prostática y se administran cantidades pequeñas de vapor de agua a una alta velocidad y presión para atrofiar el tejido que afecta el paso normal de la orina. Con esta intervención las complicaciones son raras ya que se preserva la función sexual, que sí se podría ver afectada con las otras técnicas.

Esta terapia se desarrolló hace poco más de cinco años en el mundo, el HIC fue el segundo centro hospitalario en llevarla a cabo en el país, y hoy es una alternativa novedosa a los tratamientos convencionales. Conozca más sobre esta técnica aquí.

Es importante subrayar que, antes de tomar cualquier decisión de tratamiento, es fundamental discutir todas las opciones con su urólogo. Cada caso es único y el tratamiento más adecuado dependerá de factores individuales. Entérese acerca de los servicios que ofrece nuestro Centro Especializado en Urología, aquí.

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