¿Cuál es la importancia de realizarse una endoscopia?

Hay varias razones por las que puede necesitar una endoscopia. Debido a que el procedimiento le permite a su médico observar más de cerca el interior de su esófago, estómago y la parte superior de su intestino delgado, se usa como método de diagnóstico temprano para ciertas enfermedades. La endoscopia también se puede emplear para tratar un problema del tracto digestivo; entonces, por ejemplo, no sólo logra detectar el sangrado activo de una úlcera, sino que, mediante dispositivos que se pasan a través del endoscopio, consigue detenerlo.

La endoscopia del tracto digestivo alto es una prueba médica que se utiliza para examinar la parte superior del sistema digestivo, desde el esófago hasta el duodeno, mediante la inserción de un endoscopio a través de la boca del paciente. Esta prueba, que también se denomina esofagogastroduodenoscopia, es muy importante para la detección temprana y el diagnóstico de una serie de enfermedades gastrointestinales.

Se puede hacer debido a síntomas que usted presente: dificultad para tragar, acidez estomacal, sensación de saciedad rápida, tos o vómitos con sangre. O podría realizarse para observar un área anormal detallada en una prueba de imágenes (como una radiografía o una tomografía computarizada).

Entre las patologías factibles de detectar se encuentran la enfermedad de Crohn y la enfermedad celíaca (intolerancia al gluten), dos trastornos inflamatorios del intestino. La enfermedad de Crohn afecta a cualquier parte del tracto gastrointestinal, desde la boca hasta el ano, mientras que la enfermedad celíaca afecta el intestino delgado. Los signos de estas enfermedades –que pueden incluir úlceras, pérdida de vellosidades intestinales, inflamación, estrechamiento del intestino y tejido cicatricial–, tienen la posibilidad de ser identificados durante una endoscopia y ayudan a los médicos a determinar el mejor tratamiento para el paciente.

Asimismo, este examen permite que se tomen biopsias de las áreas afectadas, lo que puede ayudar a confirmar el diagnóstico, determinar la gravedad de la inflamación, la progresión de la enfermedad, y a descartar otras afecciones que pueden tener síntomas similares. Cabe destacar que realizar un diagnóstico más preciso y temprano mitiga el riesgo de complicaciones graves y contribuye a mejorar la calidad de vida de quienes padecen estas patologías.

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Ahora bien, además de la enfermedad de Crohn y la enfermedad celíaca, la endoscopia del tracto digestivo alto también se utiliza para diagnosticar otras condiciones como el reflujo gastroesofágico y la acidez estomacal; pólipos y tumores en el esófago, estómago y duodeno –en el caso de sospecha de cáncer, tomar muestras de tejido para examinarlo es especialmente útil–; úlceras estomacales (pépticas); inflamaciones, como esofagitis, gastritis y duodenitis; y trastornos de la deglución. Además, se emplea para reconocer el síndrome de Barrett, una afección en la que las células del esófago se transforman en células similares a las del revestimiento del intestino. 

Por otro lado, en los niños la ingestión de cuerpos extraños es una de las indicaciones urgentes más frecuentes para la realización de una endoscopia superior. Este procedimiento también se puede usar para tratar una parte bloqueada del tracto digestivo o algunos otros tipos de problemas. Por ejemplo, mediante un pequeño láser colocado en el extremo del endoscopio, es posible quemar el área de un tumor que bloquea el paso de los alimentos. O se puede utilizar un endoscopio para poner un tubo rígido llamado stent en un segmento del tracto digestivo, a fin de ayudar a mantenerlo abierto. También funciona para detener el sangrado de úlceras y otras lesiones gastrointestinales. 

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