La rapidez con la que late el corazón es controlada por señales eléctricas del mismo y un problema con estas señales puede causar un ritmo irregular o arritmia. Por ejemplo, si el sistema nervioso que regula el corazón no funciona correctamente, si las señales eléctricas no se desplazan normalmente por el corazón o si el corazón comienza a producir señales eléctricas erráticas se alteran los latidos cardíacos.
En algunos de estos casos los desencadenantes no son factores externos como el tabaco, el alcohol o las drogas, también pueden ser patologías como la diabetes, la hipertensión o incluso patologías asociadas a la salud mental como el estrés emocional intenso o la ansiedad.
Salud mental y arritmias
Cuando una persona siente tensión física o emocional, proveniente de cualquier situación que genera frustración, furia o nerviosismo, el cuerpo reacciona como lo haría frente a un desafío o demanda y a esta respuesta se le denomina estrés. Aunque a veces esta sensación y la respuesta de nuestro cuerpo nos ayuda a evitar peligros o cumplir con una fecha límite, también puede causar sensaciones de inquietud, ansiedad, miedo o impotencia.
En el caso de la ansiedad la persona tiende a presentar sentimientos intensos e incontrolables de temor, preocupación o pánico. En el caso de los ataques de pánico especialmente suelen presentarse períodos de temor intenso, inconformidad y la sensación de pérdida de control incluso cuando no hay ningún peligro o factor desencadenante.
La ansiedad, el estrés y los ataques de pánico cuentan con dos factores comunes entre sus síntomas comunes, el dolor o presión en el pecho y palpitaciones, esto es importante ya que el tratarse de emociones fuertes producen una alteración en el ritmo cardíaco, dando como resultado una arritmia.
¿Identificas alguno de estos síntomas?
Si bien es cierto que el estrés puede provocar estos cambios temporales en la frecuencia cardíaca, esta pasará por sí sola de manera natural después de que pasé el estímulo causado por la emoción o situación desencadenante. Solo en casos muy excepcionales, como cuando estos episodios son muy frecuentes y excesivos, se pueden generar arritmias más serias y de mucho cuidado sin alguna predisposición previa.
En ocasiones un corazón aparentemente sano con un estudio anatómico normal puede sufrir arritmias o cambios temporales en el ritmo cardíaco, y aunque las palpitaciones sea causadas por algún estímulo externo, en estos casos las arritmias generalmente son cortas pudiendo en ocasiones ser etiquetadas de estrés, ansiedad o incluso un ataque de pánico ya que probablemente las pruebas realizadas darán un resultado normal una vez haya desaparecido el evento. Ante cualquier duda evite autodiagnosticarse y automedicarse, consulte a su médico de confianza o al cardiólogo. Serán ellos quienes lo remitirán al especialista correspondiente, darán seguimiento y tratamiento en caso de ser necesario.
Es importante tener en cuenta que todos podemos tener un momento de estrés en que el ritmo del corazón se acelere o se ralentice. Si esto sucede una única vez y no tenemos ningún síntoma que acompañe este episodio como mareo intenso, pérdida de conocimiento o dolor fuerte y punzante en el pecho no es motivo de angustia, sin embargo sí es importante estar atento a que no se repita.
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